Y un día sale el sol.
La rueda de la muerte y la vida, girando en la profundidad azul del universo, manifiesta su incesante movimiento inmóvil. Todo sucediendo en un mismo instante, vibrando al unísono creando la ilusión de categorías espacio-temporales, de causas y efectos.
Y sin embargo, aunque inalcanzable, aparece la noción de la posibilidad.
La existencia simultánea de todas la edades, de todos los tiempos, de todos los planetas, de todos los seres, de la luz y el sonido, de todas y cada una de las manifestaciones de la vida; todo latiendo, estando siendo, expandiéndose y replegándose, inspirando y exhalando, como la respiración pausada y profunda de un niño que duerme y sueña universos.
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