ENTROPÍA
¿Cuál es la medida del caos?
La incertidumbre habita en cada paso del camino, debajo de una roca, al pie de una ventana, en las moléculas de viento o de agua, en el latido próximo, en un sueño que no se puede recordar.
No hay sentido; no hay principio ni fin. Devenir de un estado de resistencia, de lucha por conservar un atisbo de razón en lo desconocido, un intento de estructura en el caos.
Atrapados, detenidos, perdidos en la necesidad de perdurar.
Y entonces, un sistema integrado compensa la necesidad y envía un mensaje: un músculo se contrae, los bronquios se dilatan, una articulación es lubricada y recibe un impulso electromagnético que la hace rotar. ¿Cómo comprende el músculo la intencionalidad?
Una ventana sin paisaje.
¿Qué viene después del caos?
Sólo entonces, detenerse en la tempestad, estacionarse en un fractal sin tiempo, que no lleva a ningún lugar.
Estar siendo…
tierra, viento, mar…
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