Días mansos, sonidos líquidos y llenos de vida, de tierra mojada y ancestros. Es un reencuentro con lo sagrado; con lo salvaje y lo suave. Algo que traigo hace miles de años. Vidas y vidas de recabar las formas, de integración y desequilibrios. Todo se mueve en una misma danza. Mis manos se hunden en el espacio vacío y líquido, del que están hechos los sueños.
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